Vuelan indiferentes los días
Son no más que palomas
no menos que piedras.
Se llevan consigo horas
Se llevan consigo libros.
No hay lugar para la esperanza
en la no existencia
No hay lugar para el dolor
en la carencia del deseo.
Es entregarse a la corriente;
cada mañana tarde noche.
Y cuando nos damos cuenta
finalmente vaciamos
a ese cajón repleto,
ese cajón donde guardamos;
todas las cosas
que no funcionaron.
Vos sabes
tan bien como yo
que ya hace mucho
decidimos ser mas
que tan sólo el recuerdo
borroso,
casi triste y casi alegre
de lo que fuimos.
miércoles, 8 de octubre de 2008
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