miércoles, 8 de octubre de 2008

De la verdadera revolución.

La violencia de los días,
espera violenta y escondida;
nos nace muertos.
Casi siempre todos
casi siempre siempre.

Y sin embargo
tanto amor que explota.
Tanto amor que cuesta disociar.

Casi siempre todos
pero siempre casi
y nunca todos,
y nunca siempre.

En una vereda,
Esperanza en el suelo,
los patines rotos,
las rodillas raspadas.

Sonríe y el amor explota
Ella es de los que casi siempre
pero no.
De los que saben.

Que ni sus mentiras,
Ni su capitalismo.
Ni su sistema de clases.
Ni sus valores.
Ni su imperio,
podrá sobrevivir,
al haiku perfecto.

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