Respirar el aire frío
que casi le dice al otoño
que pase.
El contraste,
la cebada contra
el cielo celeste.
El sol del medio día,
el pelaje del jaguareté.
Desinhibidos, e imperantes,
se alzan majestuosos los vientos
que juegan conmigo.
Y todos los cereales.
Y todos los años
que ya pasaron.
miércoles, 8 de octubre de 2008
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