Faltaba poco para mi cumpleaños.
Había un pupitre,
adelante mio.
Había olor a justicia,
en todo el edificio.
Lo que menos había
era Inglés particular.
Alguien ponía las bombas,
y un par de gotas de magia
al Reliverán
que tenía que tomarse el mundo.
miércoles, 11 de junio de 2008
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