Acerca del miedo.

Como un ataque de tos,
como perderse en la calle,
y un ataque de tos.
Así se siente el trote 
de los centauros que toman las calles,
que llegan hasta retiro,
en medio de un realismo mágico
que detesto.
Las flechas prendidas fuego
que se abren camino en el aire,
que no tocan a nadie,
mueren en el piso,
sin quemar nada, 
y en el piso se apagan.
Ese es el miedo,
ser flecha incendiaria,
y morir en el piso
apagado, habiendo tanto por quemar.
Ese es el miedo.